Andrés Cerio<p>Poemas a media voz<p>LA BUHARDILLA DE COLETTE Nº 1 Noviembre/diciembre 2006

Andrés Cerio

Poemas a media voz

LA BUHARDILLA DE COLETTE Nº 1 Noviembre/diciembre 2006

Muere lentamente,

quien abandona un proyecto antes de iniciarlo,

no preguntando de un asunto que desconoce

o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.

Solamente la ardiente paciencia

hará que conquistemos una espléndida felicidad.

Pablo Neruda

Mi foto
Nombre:
Lugar: Barcelona (Catalunya), Països Catalans

LA MEVA NACIÓ ÉS LA LLENGUA CATALANA (en paraules de Pessoa). Intolerant amb la intolerància i amb qui abandona la coherència pel camí de la vida. La resta no té cap mena d'importància.

25 abril 2008

ADA IRIS: Cuando el amor se duerme

Cuando el amor se duerme
entre Cirio y Canopo


“Cuando el amor se duerme
Solo mira una estrella”...
Entre Cirio y Canopo
proyectaba mi vida
como foto velada
sobre la luz del día.
Pero al llegar la noche
ellos dos me encendían,
y en sus faroles mustios
titilaba la vida.
Si se tensa la cuerda
el amor también vibra
y entre Cirio y Canopo
ya se escucha la lira.-


Ada Iris Juanita Cadelago nació en San Luis -Argentina- en marzo de 1959. Autora de cuentos, relatos y poesías, su amor por las letras se acrecienta con el tiempo y con esta manía de ver la realidad a través de un cristal diferente, sin dejar de disfrutar del placer de jugar con las palabras.
La propietat intel·lectual de les obres exposades pertany als seus autors

18 febrero 2007

JUDITH SANTOPIETRO: Poemario

I

RAÍZ DE VUELO

Hemos caído del insomnio corporal
hacia la cúspide selvática de pasos lentos,
agudos,
entre la rama del soñar que desprendía seres al vuelo:
búsqueda del tiempo elevado,
mar de sobriedad fugaz.
Surcamos la montaña inventando gritos al silencio,
mientras me estanco en la vigía
de un ojo entrecerrado que acecha mi conciencia
con las miradas de árbol,
con la sombra de lámpara en mano para no extraviar
el engranaje de los ojos,
raíz
que marcó
nuestra frente
con
un
signo
sonrisa de carbón entre las manos.
*****
Después de todo hay sabor entre las piedras,
algún girón de costumbre
o rescoldos de memoria que la yerba nos tatúa
en la tierra parida en nuestros ojos.
Tierra baldía
en este pórtico constante de chicharras,
escombros de árbol
para roerse con el tiempo.
*****
Las hojas caen como estrellas afiladas
sobre el musgo,
luego el viento las derrama
en las pupilas y los poros.
Las mariposas en sesgo
riegan su polvo entre los árboles,
cuando el colibrí en las ramas
bebe por su túnel de garganta estrecha,
y nos despierta en el umbral de la carcajada del cuervo.
*****
Alumbrada por ángeles en el traspatio
cerco a las pequeñas bestias que oyen nuestro cuento
y depredan cascajos escupidos en el desayuno.
Sus alas ebrias en jardines
despiertan a este siglo:
viejos de prisas y demencias,
asidero de hojas sedentarias
destinada a su perpetua historia de ansiedad.
*****
Dos hojas se desprenden en aquel silencio,
la raíz de lengua rasga los ojos
de la tez redonda por el sol de las tres de la mañana
para escuchar la palabra enredada en la hierba líquida
de la montaña:
La lluvia ha muerto
después de un crepúsculo habitual,
dispersa entre las rocas
en el hilo de aves que corren
por el mar de viento,
hace raíz de historias en
las sonrisas sueltas de la gente.
*****
Caídos del insomnio corporal,
en la cúspide selvática,
escuchando pisadas en tierra
de tacones sin forma en los oídos,
en el agudo engranaje de los ojos.

II

CAMINO DE YERBAS MUDALAR

Vuelan las aves sin descanso
por un cielo amargo que bosteza nubes grises,
remojan sus alas de tristeza en la lluvia de años
bajo el párpado lunar.
Su encuentro en esta calle:
asombro irremediable,
ácido
camino de yerbas muladar.
Un enjambre de aves
emboscadas entre cuentos,
en la saliva rasgada de mi espanto;
telar de párpados oscuros que olvida el grito manso
atrapado en una casa:
cuántos ojos de ventana tuertos
por el sol bajo
en la ciudad.
Las aves merodean una copa cuarteada de aliento
una pipa quebrada por el ansia,
un bosque,
con el tanteo de su luz sobre los aires.
Se apaga la penumbra
y caminan cautelosos los disparos:
calles con su tono seco siembran gestos de locura,
aunque en aquel vacío de costumbre me cuelgo la palabra sin apuro:
el labio reclama,
se perfila en voz espatulada
y raspa la garganta quieta.
Tiempo de aves muertas
en la cuerda alada del viento,
con sus garras en lingotes de papel.

III

LA MEMORIA

Para los guerreros milenarios,
para los pueblos de Oaxaca.

I
Era de noche por las orillas del viento,
cada paso de sombra
se arremolinaba en el junco,
cada palabra seca guardaba su silencio
en una jícara,
hacía oscuridad entre los pies.
Aquellas aves palparon su mirada una a una
con el entrecejo adusto colgando de su frente,
para que sus ojos,
luz donde el llanto no cabe,
reptaran en el pensamiento herido.
Anoche cayeron los siglos
como una granizada de plomo que acecha la tarde;
tocaron cada puerta de las calles;
abrían la memoria que duerme a la orilla de una cama,
en la garganta del anciano
atada en el tronco
en la raíz dura del enfado.
La que va por el camino anegando
leyendas de humo
entibiadas en la dura lumbre del fogón,
la que mañana
nos despertará con la palabra inquieta
para decirnos que a la calle han vuelto,
que las aves siguen merodeando la plazuela
y no se casan,
y no olvidan.
Pero esta mañana,
todo es veredas anchas por donde correr,
gritos que alcanzan cada trasto de miseria
en el borde de una mesa.
Los ojos de esta gente
son una urdimbre de mi memoria
que teje con sus voces altas
los siglos de barro entre sus lenguas.
Esas aves cargan la historia en sus garras:
la del niño con su panza serpenteante de moscas,
la del viejo con su espalda quebrada,
la de áridos maíces en cada surco de la tierra.

II
En la plaza hay un tumulto
de máscaras antiguas
que se mecen por los resquicios del tiempo,
en las esquinas
se levanta la palabra
junto a los muros de ladrillo seco
para colarse en la puerta de las chozas,
y despertar a la orilla de los labios
después del vapuleo hondo.
Nidos en medio del cuerpo anegan sus vapores sordos
en la boca,
mal graznido de garganta quebrada,
alarido crudo
entre las llamas de un horno
que deshila nuestros cuerpos:
todo es trabazón de terquedad
cuando las aves rondan los huesos
tendidos por la noche.

III
Piernas incrustadas en el caudal del río,
tejidas con los guijarros de silencio;
miradas entre la neblina ciega de los árboles
que hoy en sus labios de piedra anidan musgo,
beben de la boca de los peces
un poco de sangre para no morir
en la curva de un reloj petrificado.
Busco los labios de nuestra muerte
entre la polvareda,
pero hallo los huesos de un pueblo antiguo
que aún no duerme.

IV
Se han ido a la montaña como guerreros
para enterrar la memoria de un pueblo milenario.
Han caído,
con gotas de sol y sangre.


EPÍSTOLA I

Juntemos aquellas impiedades
que hacen estigma sobre el cuerpo,
para luego desnudar
nuestro mapa individual
el que zurcimos con los dedos rotos.
La gente empolva las palabras,
las mete debajo de la almohada;
cava huecos para incrustar su voz en ellos;
se encaja el tedio
y vive al día,
sumando amaneceres y minutos.
Pero nosotros
surcamos con las mismas alas,
de hilos y crepúsculo entre la mirada,
este triste azul en la tormenta.
.
EPÍSTOLA II
Dar un paso
mirar con la punta del tobillo
al enemigo
que acecha entre follajes
de palabras.
Tirar bolígrafos al viento
y escudarlos con el cuerpo mapeado
de batallas,
que no venga el consenso a mitigarlos.
Dar un silencio al caos
meditar
entre la yerba nocturna y la barbarie:
ése a dónde ir,
aquél a dónde poblar
los nuevos estratos del espacio
que nos dejan en el mutismo.
De cabeza
partida la razón,
escindido el tacto ocular,
otra cuarteadura en los recuerdos.
Abrir la vista de los pies
ver quién nos persigue los talones
para congelar sus hazañas en la nada:
zanja inerme que hierve de farsantes.

TERESA DE JESÚS: Habemus papa y otros poemas

I
Habemus Papa
pápa-pa-pám
pápa-pa-pám
líder ya tenemos
espirituales
del mundo y sus tentaciones alejadis
alejadis
custodios de poderes y riquezas
somos
non descuidaris.
Las turbas cantan gloria
gloria patri
pero podrían cantar victoria
salve salve
brazos alzar contra nos
turbas oscuras.
Dicen hambre/murmullos
ora pro nobis
gritan sida/alaridos
ora pro nobis.
Vociferan con poderosas voces
Non grata vox.
A sufrir hemos venido
Y el Paraíso vendido
Pecata mundi.
Habemus Papa
pápa-pa-pám
pápa-pa-pám.

II

EXTRANJERO
El que llegó de la niebla
viene ovillando murmullos
y deshilachando voces.
Con la garganta desnuda
suele enfrentar las fieras
y sin tijeras recorta
el aliento del mochuelo.
Era su piel de durazno.
Entró como quien llegara
a la entraña de la madre,
un asombro lo enmudece
una voluntad lo para,
aguas lejanas lo empujan
pero lo detiene un llanto.
Estaba tallado en piedra.
¿De dónde viene el viajero
más lejos que las neblinas?
herida trae la boca
y son heridas de escarcha.
El sendero que lo trajo
se disgregó en la memoria.


III


LA FILOSOFIA DE LA OVEJA
Carece mi cuello de esbeltez
y mi sombra de gracia.
No giro mi cabeza a lo alto
¿acaso tiene pasturas el cielo?
Si los árboles tuvieran algo
interesante que ofrecer
¿no tenderían su follaje sobre el suelo?
El interés de los árboles radica en su sombra.
Pasto y agua me bastan.
Tal vez no soy feliz pero
¿quién desea aquello que le es desconocido?
El frío no es mi enemigo.
Yo tengo abrigo natural.
Al ataque y a la ofensa no me opongo.
La palabra resistencia
no tiene para mí significado.
Soy oveja.
El cerdo patalea y chilla.
No mi estirpe.
Soy la heredera del silencio y del aguante.
Si hay sombra me protejo,
si no la hay no pido un abanico.
No arrastro tristezas.
Me alegro si encuentro agua
y es un festín una pastura nueva.
No exijo caricias ni las doy.
Si lidero una fila no pienso en el camino
y está lejos de mi intención
apurar el paso o retardarlo.
Sé que todas llevarán mi ritmo
pero no me desvelo por ello.
Si voy entre el montón no me preocupo
adónde nos conduce la señera.
Ni envidio su posición ni me retardo.
Soy simplemente oveja.
No sirvo para circos
no está en mi carácter
divertir a nadie.
No me interesa parecer inteligente
ni me propongo complacer.
Si me cae el sol de plano
lo recibo.
Si he de mojarme
lo acepto.
Si viene el lobo
es mi destino.
De vieja no he de morir,
sencillamente.

IV

UNA SOLA MADRE FALTA

El cabritillo bala
amarrado a una estaca.
Los indiferentes pasan
Apuñalando la tarde.
La madre dónde estará
en la montaña más triste
sin el balido del hijo
la flor se le vuelve piedra.
Los indiferentes pasan
la madre lleva su luto.
El cabritillo es alzado
para el último balido.
El cielo manda cien madres
en cien nubecitas blancas.
Se queda azul la mirada
del cabritillo que sueña.
Y en las praderas del cielo
una sola madre falta.

20 enero 2007

MARÍA JOSÉ MURES: Es todo lo que queda.

Recuerdos que son recuerdos,
miradas que se buscaron
besos que compartidos fueron
¡ es todo lo que queda !

Un verano tórrido
una caricia ardiente
unas notas rotas
¡ es todo lo que queda !

Aún te pienso
cuando fuimos amados,
en mis sueños desabridos
¡ es todo lo que queda !

Cuerpos indiferentes para amarse,
distintos en comprenderse,
pero abrazados en una luna
¡ es lo que queda !


Del libro: "Antes del Amor"

MARÍA JOSÉ MURES: En tu nombre.

Cuando más ruido hacía el agua
gritaba tu glorioso nombre
―pero no venías―

Abatida caí al suelo
y lo rayaba al agua
con gotas de mi crúor,
no me importaba morir
en aquel segundo pasajero.

Llovía ―sí―
mas no me preocupaba
tan divino riego,
fue mi último deseo
gritar tu nombre.


Del libro: "Antes del amor"

19 enero 2007

ROLANDO REVAGLIATTI: De mi mayor estigma


De la universidad
en la universidad de arquitectura y urbanismo
[desiderativos
muchos rindieron mal los parciales de casi
[todas las materias
varios algunos finales rendimos mal
sin embargo
suo tempore
rendí cuentas y bastiones
y a costa de mi dulce mamá
ya no como un angustiado energúmeno
vencí
docente allí ahora
por fin me ufano

representatividad
un general de la nación un escritor de la
[nación
la esposa de un paleontólogo de la nación
el hijo político de un cerrajero de la nación
toda una dama de beneficencia de la nación
[distinguidísima
la hermana de una galletitera de la nación
se sentaron a mi mesa saborearon mis postres
aludieron a la economía al malestar social
a los inextricables —dijeron— senderos del
[arte
a la resurrección de la carne
bebieron mi licor de huevo
con el café y cada uno protocolarmente
sucesivamente obsequióme disimulando los
[bostezos
irrisorias medallas rebosantes de tics y
[muecas incontrolables
bastones y coronas repujados y repujadas
[respectivamente
agradecieron mis cumplidos y exquisiteces
me alabaron de paso representativos federales
obligados por las buenas costumbres pero sin
[prosternarse
me adjudicaron la banda presidencial de la

[nación
bastones coronas tics y muecas de la nación
licores y huevos de la nación
y así seguirá siendo a lo largo y proficuo de
[todo mi mandato



Contagio
de chiquillo oteaba desde enfrente
a la gentil en triciclo que me contagiaba
y a la curvilínea peatona
también desde enfrente oteaba
ya un púber un mocito
contagioso
(de acuerdo a ciertas leyes y máculas
bacilos y más o menos bacterias
decretan avatares
y persistentes yiros viejos y atroces)


Herencia y muerte del padre a la luminosa sombra de un sueño
(a josé razzano y carlos gardel)
libros y mujeres
(tango y otros escondrijos
que no advierto a la sombra de tu ser
[perentorio)
y mujeres y mates y recuerdos de banfield
y fotografías
(lo mejor lo escribí)
hoy otra vez anoche esta mañana
por qué por qué aullaba yo
qué es eso de desguarnecerse
caer
morirse
por achicamiento
por consunción
esta mañana pregunté
en el sueño a mi padre
“justo cuando más te quería”

15 enero 2007

POEMA XII (De luz y sombra)

XII


Padre,
la Tierra tiene cicatrices
en su azulada piel.
El alba lanza un desgarrador gemido
por los pueblos cubiertos de cenizas
fermentadas con lágrimas de crudo.
El horizonte destila harapos sin nombre.
Borbotea una lluvia de delirantes pesadillas.

Padre,
cada tarde,
la negra codicia del Norte
apresa el delicado trino del aire
con sus alargadas alas de metal.
Y con sus dientes de fuego
derriba los venerables muros de Iraq.

Padre,
han reinventado la Historia
junto a una hoguera de whisky
y de verdes aceros nocturnos.
El altruista señor del Norte
ha puesto grilletes a los claveles
y sus pétalos caen despedazados
sobre la tierra mancillada.


Padre,
qué locura.
¿Queda alguna esperanza?


Del libro: "De luz y de sombra"

11 noviembre 2006

ROLANDO REVAGLIATTI: Amargura

Amargura

Me persigue implacable
su boca que reía.
Alfredo Le Pera
Es un detector de cosas
más o menos verdaderas
así que
además de detectar cosas
más o menos falsas
me persigue implacable
como aquella boca de mi amada
que reía.

Amarezza (Traducción italiana de: Amerigo Iannacone)

Mi perseguita implacabile
la sua bocca che rideva.
Alfredo Le Pera
È un rivelatore di cose
più o meno vere
cosí che
possa rivelare anche cose
più o meno false
mi perseguita implacabile
come la bocca della mia amata
che rideva.

LUIS ALBERTO BATTAGLIA: Por el alma

Por el alma corría la gota blanca,
la gota de la lluviacon la nostalgia...
detrás de las ventanas son las tormentas,
y para los que se aman
las sombras cuentan.
Luna de los amantes
que te has perdido
detrás de temporales,como el olvido.
Luna que en charcos de alma
me dueles tanto;
lluvia que en esta noche
pareces llanto.

10 noviembre 2006

RUBÉN PATRIZI: Locura

Locura

Que no es larosa lo que turba

Sino el encanto del aroma.

Blanco-Fombona

Quería dejarlo todo, irme.Irme muy lejos, mandar todoy a todos, al demonio, ya no me importaba nada. Solo quería largarme, estar lo más lejos posible de...
Pero los recuerdos se irán conmigo y en donde esté siempre me atormentaran.
Siempre me perseguirán los momentos y las reminiscencias estarán allí, aplastándome...
Después de estas semanas que han pasado de una forma violenta, y que se han convertido en meses casi sin darme cuenta, en medio de mi obnubilada existencia,
puedo pensar por fin más detenidamente.Ya no tengo rencor en mi corazón, y mis penas han mermado, puedo decir que han desaparecido por completo.
El tiempo es el único antídoto, para curar las enfermedades del alma.
Los celos, me quemaban por dentro, caminaba por las calles con un solo pensamiento, con sentimientos extremadamente pugnases y dolorosos que me hacían hervir la sangre, con un odio que no sabía que podría poseer, descubriendo en mí esas emociones tan negativas.
Hay dolor, fuego, odio, ganas de matar, algo dentro de mí que me hace volver loco y solo el llorar, el derramar lágrimas hacen bajar la presión y estallando en sollozos logro controlar mi interior. Sino explotaría esparciendo los sesos por doquier.
Estos sentimientos son todo lo opuesto al amor, es como pagar culpas con locura, esta locura que mata, que asesina lentamente mi mente y mi conciencia
Te sueño entre mis brazos
Sintiendo tú mis besos
Recibiendo mis caricias
Oyendo mis palabras
Que como un arrullo
Te hablan de amor
El tiempo inexorable pasa la cuenta, los años son como un castigo y un premio a la vez.
Uno puede salir derrotado y darse cuenta, que se puede sobrevivir...
Si. Se puede sobrevivir a una, dos, tres, y miles de derrotas.
Mi dolor no era morirme poco a poco. Solo era que morir no quiero, aunque deseaba hacerlo y hacerlo regodeándome en el dolor, extasiándome con él.
Sentirme vivo y sentirme que no vivo y el dolor en el pecho brota a borbotones y alborozarme en el fracaso...
Y pasan unos días y otros y otros, más los recuerdos se agolpan en las sienes y viven en el pecho, la solución es la muerte pero no viene cuando se le llama.
Y veo sus ojos que me miran y su sonrisa que me inunda, siento su aroma de mastranto
como sendero de llano...
Y una sensación de ignavia se entroniza y no me deja actuar, quitándome la voluntad.
Entro en mundos ignotos donde la sombra de sus recuerdos llegan alborozados...
Ojos negros que me miran y sonríen
Boca pequeña y dulces labios rojos
ricos en almíbar
miel su piel
azabache su mata oscura
turgentes sus senos...
Y oigo su risa, que es manantial de agua pura, que baja por la colina haciendo eco entre los cantos y el burbujear del agua entre los meandros llenos de espuma.
Sus ojos , sus sonrisa, su piel, sus manos, su pelo negro azabache, toda ella hermosa, como de virgen de iglesia, juvenil, tierna, bella.
Aspirar y sentir la fragancia que brota de su cálido cuerpo, sus efluvios naturales de mujer
Las palabras que brotaban de sus labios eran elogios, el encanto de la amistad
Su timidez, recostada a la pared, muy cerca del dintel de la puerta del cuarto, observándome con la mirada nublada, media sonrisa, mordiéndose el labio inferior, insinuándome universos.
Y su entrecortada respiración y la turgencia de sus senos, su pecho que florece entre mis manos y se mueve entre los compases de la respiración
Su pelo negro que desciende hasta la cintura, cubriendo el arco de sus caderas, haciendo desviar la vista hasta los torneados muslos
Sus diminutos pies, pequeñitos dedos retozones coronados de luz
Y la piel, brillante como el nácar, dulce como el chocolate, morena, blanca, cetrina, la luz la transforma, la delinea, la dibuja. Es como una alfombra de alpaca suave, como la seda más fina, tersa.
Y se va difuminando en mi cerebro, desapareciendo la imagen, perdiéndose entre los recovecos de mi imaginación...
La adoré...
Y el pensar en una fórmula para la liberación del dolor, salir de la angustia y de la frustración
Y pensé en el acero frío y negro de los cañones de mi escopeta, en escapar solo colocándola en mi boca, morderlo y apretar el gatillo poco a poco. En un santiamén saldría de mi dolor y dejaría regados por doquier los restos de mi tormento.
La amaba con locura con desesperación , como cuando se aferra a un leño en alta mar, la última oportunidad de vivir o de morir en un ahogo de suspiros.
Mi azahar que desprende fino aroma
ardiente de sol, luz y vida
Sonrisa que vaga silente
Entre recovecos
Inescrutables del pensamiento
Dulce absorta
Llena de misteriosos
Secretos.
Sería muy fácil actuar con cobardía , solo tendría que ser valiente para apretar el gatillo. Tener el valor para acabar, y tenerlo para no acabar. No lo hago por cobarde sino pensando en el resultado.
Finalizar todo de mil maneras.
La navaja de afeitar, y empezar a desangrarme, dejando brotar el líquido vital que mana vida.
Sentir el afilado corte, el que roe las venas en un tajo mortal, haciendo brotar incesante la vida, la hojilla afilada que irrumpe con su brillo violando la piel.
O meterme en el agua y dejarme llevar.
Sumergirme y tratar de no respirar.
Tan frágiles que somos y tan fuertes
Somos lo uno y lo nada, el cero.
Acabando con todo en un momento.
-No quiero entrar en el salón, me lo impide la conciencia, me lo impide el recuerdo. El leve empujón, del amigo, que con suavidad me conduce más allá del dintel.
La claridad del entorno me ciega, desde los ventanales el chorro de luz, entrecierro los ojos y me vienen imágenes que pasan por ellos son como diapositivas, una a la vez. Vienen arrastrándose. Estoy de nuevo en el salón como si no hubiesen pasado los días; Puedo oír el barullo, el ruido del que se aclara la garganta, el murmullo de voz del que habla en susurro, el libro que se cierra, el papel que cae, la escritura que hace el lápiz , el mueble que cruje, el fru fru de las faldas , su perfume...
Ella me mira con sus ojos de gato, se acerca con socaliñado paso felino, ágil y voluptuoso.
Sus medias blancas a media pantorrilla, su falda plisada, su blusa de mangas cortas ceñida a la cintura, amplia en su pecho cerrada hasta el último botón muy cerca de su cuello.
Y titilan las campanillas de los móviles al balancearse con tenue la brisa, es su voz la que se siente
Esta parada, erguida en la pared, me mira, su blusa abierta muestra el descote, se logra ver la oculta flor de su aureola.
Deseos hilvanados me llenan el alma y nos encontramos en otro mundo. Entre el tiempo y el espacio, en la misma habitación, los dos solos en un rincón, debajo del pizarrón, atando nuestras vidas sobre el polvo blanco de la tiza.
De sus sienes bajan dos gotas de sudor, su pelo enmarañado sobre mi pecho, su rostro muy cerca de mi corazón y sus labios dicen palabras incoherentes que solo él sabe escuchar. Solo son latidos que se mezclan con los susurros y la respiración. Su cuerpo está casi encima de mis piernas, respiramos el mismo aire, sentimos el mismo aroma y nuestras palabras son solo murmullos quedos, nuestras palmas exploran nuestro cuerpo, vivimos en la misma realidad ,la misma vida, somos los minutos y segundos, horas que estamos extasiados uno junto al otro, sin importarnos nada ni nadie. Unicamente nosotros vivimos en el mundo
Su respiración se normaliza, sus labios ya no tiemblan, sus parparos se abren sus ojos me miran, veo en ellos regocijo, alegría, mi mano sobre su seno, la otra la abraza.
Y ando con el corazón sitibundo, esperando que venga a mi llamada.
Ven, ven pronto.
Y me preguntaba de donde eres.
Le contestaba en broma, con burla y dueño de la situación, enardecido por su juventud, yo era el creador.
Soy de lejos y de cerca
Soy de aquí y de allá
Soy como el viento
Y si me metes en tu corazón
Estaré siempre muy cerquita de ti.
Ella se ríe y me dice tonto, me abraza. Sus labios rozan mis mejilla.
“ Y tu nunca te sonrojas”.
Ella me contesta” Cuando se ama no cabe la vergüenza, solo el pudor para no mostrarse abierta para no entrar en el desencanto ni en lo burdo. Solo lo sutil, suave y delicado, debe mezclarse para tener una relación duradera”.
“Tanta experiencia tienes”
“Soy poca de edad, pero en mi mente fluyen situaciones, mi imaginación es inagotable e infinita.
“Pero qué modesta eres”....
Ríe. Con sonrisas de molino de viento.
Y entre mis brazos se estrujaba la flor, bebiendo de mis besos y la sentía toda recorriendo con mi tacto su piel. Los intersticios y oquedades, toda era sentidos, ecos de suspiros de languidez, de pasión y de locura. Vaporosas sábanas sobre cuerpos en unión mágica en acordes armoniosos consonantes con ritmos musicales etéreos.
Y me iba hinchando como las gavias de un velero, llenándome de estima y apego, el cariño
se convierte en quereres empezando a idolatrar con devoción insana.
Y entonces me perdí...
La adore...
Y la realidad y los sueños se confabularon y ya no podía distinguir entre ambos.
Vivía el sueño y soñaba con la certidumbre.
Déjame amarte. Solo déjame amarte. Era un grito desgarrador que salía de entre mis poros, muy dentro de mi.
Tenía catorce, o quince, diez y seis o diez y siete. Qué se yo.
Solo sabía que la amaba, que era una flor muy hermosa...
En hermético silencio se convirtió el entusiasmo.
Las preguntas, los porques. Ambigüedades
Se perdió el control
Es que te gustan jóvenes
Que son insulsos y groseros
Son patanes y sin dinero
Lo único que blanden
Es su juventud
Tesoro más grande del cielo
Y tener los dos es un anhelo
Tener dinero y juventud.
Y una decisión inopinada me dejo silbando lejos, la muchacha se fue en un santiamén dejándome como un pendejo.

ROLANDO REVAGLIATTI: (No me pone)

No me pone

La tristeza de la tristeza
no me pone triste
como la poesía de la poesía
no me pone poeta
y esto es así
porque soy así:
prosaico y alegre.


Não

A tristeza da tristeza
não me deixa triste
como a poesia da poesia
não me faz poetae
isto é assim porque sou assim:
prosaico e alegre.

MOACIR DE CASTRO RIBEIRO: Não (traducción al portugués)

SYLVIA PLATH: Tedio

Tedio Leer hojas de té desbarata al que se expone a la catástrofe, diseñando futuros donde nada ocurrirá:
pon una moneda en palma gitana y bostezando
pronosticará aun que no quedan peligros por conquistar.
El riesgo hoy es improductivo: el ingenuo caballero
halla que los ogros son obsoletos y los dragones
desconocidos, mientras hastiadas doncellas cuestionan
lances contra lo terrorífico por llanamente absurdos.
La bestia en el bosquecillo jamesiano nunca acosará,
condenando a crisis la opaca carrera de héroe;
y cuando ángeles indiferentes apuestan la baraja de Dios,
ya las aburridas plateas se muestran impacientes por fin,
ansiosas por ver estragos, ni súplicas ni premios
engatusarán dama o tigre de la puerta ciega de la perdición.

Versión libre de Andrew Graham-Yooll.
Este poema inédito de Sylvia Plath fue encontrado por Anna Journey, una estudiante de la Universidad de Virginia, y estaría inspirado en El gran Gatsby de F. Scott Fitzgerald. Plath lo habría escrito durante su último año como estudiante universitaria, en 1955, mientras trabajaba sobre el tema del aburrimiento en Gatsby para un trabajo práctico.Fue publicado en inglés a fines de la semana pasada por la revista literaria digital black bird (www.blackbird.vcu.edu).